
DISCAPACIDAD Y EUSKERA
He leído con atención sus declaraciones sobre la voluntad del Gobierno Vasco de acercar el euskera a quienes no lo conocen. Sin embargo, como madre de un hijo con discapacidad intelectual, le escribo con firmeza para expresarle una preocupación que no puede seguir siendo ignorada.
Mi hijo, como tantos otros con limitaciones cognitivas, no puede aprender euskera, por mucho que lo intentemos. Y sin embargo, se encuentra excluido de forma sistemática del empleo público vasco debido a la exigencia del idioma incluso en puestos donde no es necesario para el desempeño del trabajo. Esto no es inclusión, es discriminación encubierta.
Llevo más de dos años recorriendo oficinas, entregando cartas y solicitando soluciones. Las respuestas han sido siempre amables, pero vacías de efecto. ¿Dónde queda el derecho al trabajo de mi hijo? ¿Dónde está el supuesto acercamiento de la lengua cuando se convierte en un filtro excluyente para personas con discapacidad?
El euskera es patrimonio de todos, pero no debe convertirse en una barrera insalvable para quienes no pueden acceder a él. Si el objetivo del Gobierno Vasco es acercar la lengua, también debería serlo no utilizarla como un criterio excluyente para el empleo, especialmente en casos en los que hay informes que demuestran que aprenderla es imposible.
Les pido que escuchen a las familias que vivimos esta realidad, que el Gobierno actúe con valentía y justicia, y que adopten medidas reales de inclusión: exenciones justificadas, flexibilización de requisitos y adaptación a las capacidades de cada persona. Porque la verdadera inclusión se demuestra con hechos.