PROHIBIR LA ACTIVIDAD DE REPSOL PARTICIPANDO EN IBIL
Resulta que en Euskadi, a nadie le choca que el Gestor de Carga que ha colocado esos artilugios inútiles que tardan mil años en cargar el coche, esté participado por Repsol, evidente detractor de cualquier desarrollo al respecto, como a cualquier persona de juicio le puede resultar comprensible.
Y es que pocos saben que actualmente hay cargadores de coches eléctricos de hasta 120kw de corriente continua que pueden cargar el coche para unos 170millas (275km) en media hora. Lo que supone 17 veces más que los actuales cargadores públicos de 30A. Y se han instalado profusamente en los últimos años por Centroeuropa
En mi opinión se trata de una estrategia más de las petroleras para evitar la implantación de energías alternativas al petróleo, trabajando DESDE DENTRO para tumbar cualquier brote verde bajo el pretexto de un compromiso con el medio ambiente.
Desconozco si las incompatibilidades de la ley 24 del sector eléctrico contemplan a nivel legal algún resquicio para impedir que sigan participando en Ibil, pero en caso contrario el Gobierno Vasco bien haría en proponer medidas de cambios en la ley para obligar a ello.
Desde la formación del Gobierno Vasco en 1982 hasta la actualidad, todos los programas energéticos vascos han promovido el uso del Gas Natural para mejorar la competitividad de nuestras empresas abaratando los costes y mejorando la eficiencia gracias a inversiones en I+D. Sin duda, ha aportado muchos beneficios a la industria (que depende ahora en un 61% del gas).
Pero las últimas inversiones en ciclo combinado y la terminal de importación de gas natural licuado y la planta de regasificación en el Puerto de Bilbao no parecen proporcionales con las necesidades de la sociedad en Euskadi. Los 130millones que ha costado el tercer tanque de GNL en el Puerto de Bilbao contrastan con los 18 millones destinados al proyecto Hiriko, como única inversión de entidad en el campo del transporte eléctrico.
Puede que se esté confundiendo la importancia del GNL, que la tiene, con la necesidad de cambiar las prioridades y aprender de los errores, apostando por las renovables. Pero no con I+D solamente, como hasta ahora, sino con adquisición e instalación de dotaciones e infraestructuras que hagan viable por ejemplo, el transporte eléctrico.