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Iñigo Urkullurentzat ETA ez zen inoiz existitu behar eta ez da berriro gertatu behar

2019-10-14
Transkripzioa
Eskertzen dut ekimena. Uste dut topaketa hau oso garrantzitsua dela. Arretaz eta seriotasunez prestatu dugu. Etapa bat ixten eta berri bat irekitzen lagundu nahi dugu. "Eusko Jaurlaritzak ETAren armagabetzea eta desegitea izandako zereginaren deskribapena eta balorazioa" izeneko txostena prestatu dugu. Gero sarreran eskuragai izango duzuenok edo izango duzuena guztiok. Gure helburua iraganari begirada bat ematea da, Euskadik etorkizuna bizikidetzan egitea laguntzeko. ETAren behin betiko desagerpena atzean utzi zuen sufrimendu guztiagatik, zalantzarik gabeko garrantzia izan zuen gertaera izan zen gure herriaren historian. Sorrerako aktan 1959ko uztailaren 31koa da, orain 60 urte. Munduko erakunde terroristen artean gehien iraun duenetako bat izatearen ohore tristea du. Agradezco la iniciativa de organizar este seminario como el que queremos contribuir a cerrar una etapa y abrir una nueva. Nuestra contribución es el informe "Descripción y valoración del papel desempeñado por el Gobierno Vasco en el desarme y disolución de ETA". Estará a disposición de ustedes a la entrada. Nuestro objetivo es compartir una mirada al pasado del terrorismo y la violencia para asentar un futuro de convivencia en Euskadi. La desaparición definitiva de ETA se prolongó durante casi siete años. Se inició el 20 de octubre de 2011 con su anuncio de cese de la violencia. Finalizó el cuatro de mayo de 2018 con su disolución. Reflexionar sobre el final de ETA tiene una alta importancia pedagógica sobre el pasado, el presente y el futuro. ETA ha acabado; pero el rastro de sus consecuencias se extenderá por mucho tiempo, todavía. Lo hará en el corazón y el recuerdo de cada una de las víctimas. En las relaciones políticas e institucionales, en las políticas públicas de memoria y educación, también en la convivencia y las relaciones sociales. Gaur Gogora Institutuan perspektiba bikoitza eskaintzen duen dokumentu bat jarri dugu. Lehenik eta behin, Eusko Jaurlaritzak ETAren armagabetzearen eta behin betiko desegitearen helburuari egindako ekarpena dokumentatzen du. Bigarrenik gertakari horiek interpretatzen laguntzen duten azken ondorio batzuk eskaintzen ditu. Bi legealdi hauetan, bi azken legealdi hauetan, Eusko Jaurlaritzak izan duen jardunak estrategia zehaztua jarraitu du: "Bake eta Bizikidetza Plana 2013 -2016" eta "Bizikidetzaren eta Giza Eskubideen Plana 2018-2020". Bi plan horietan lehen helburua ETA desagertzea da. La desaparición de ETA era en 2013 un objetivo estratégico de primera magnitud y, aunque su logro no dependiera directamente del Ejecutivo vasco sino de la propia ETA, adoptamos una política orientada a impulsar, facilitar y acelerar esa decisión. El documento depositado en Gogora describe y valora el papel del Gobierno Vasco. No pretende atribuirse ninguno especial protagonismo en el logro de este objetivo. El final de ETA llegó demasiado tarde como para que nadie pretenda atribuirse méritos. Su desarme y disolución definitiva son el resultado de una acción coral con muchas contribuciones. La del Gobierno Vasco fue una más. El final de ETA es consecuencia de una larga lista de intentos fallidos y estrategias ensayadas que no dieron resultado. Realmente, el principal agente catalizador de su final es el empecinamiento de la propia ETA al tratar de prolongar, contra toda lógica y razón, su existencia y su acción terrorista. Eusko Jaurlaritzak bete duen eginkizunari buruz arituko naiz. Jaurlaritzak ETAren desegitean egin duen ekarpenean, hiru faseari buruz hitz egin behar da. Lehen fasea: jarrera irekia, 2. fasea: lankidetza exigentea eta 3. fasea: Berrespen etikoa. Éstas son las tres fases de la contribución del Gobierno Vasco al desarme y disolución de ETA. Primera fase de: Predisposición abierta. Esta etapa se extiende desde diciembre de 2012 hasta marzo de 2014. Por mi anterior responsabilidad, como presidente del Eusko Alderdi Jeltzalea, Partido Nacionalista Vasco, mantenía contactos con los tres grupos internacionales que desarrollaban alguna actividad facilitadora en el final de ETA. El "Grupo Internacional de Contacto", presidido por el abogado sudafricano Brian Currin; "Center for y Humanitarian Dialogue", con Jonathan Powell al frente y "Comisión Internacional de Verificación" liderada por Ram Manikkalingam. Los contactos mantenidos durante el primer semestre de 2013 y las reuniones con representantes de la izquierda abertzale permitían confiar en que ETA y la izquierda abertzale seguirían dando los pasos necesarios para un cierre definitivo y ordenado de la violencia. Aparentemente existía una coincidencia en el diagnóstico sobre lo que ETA y la izquierda abertzale debían hacer. Tanto mediadores y líderes de la izquierda abertzale como el Gobierno Vasco coincidíamos en el diagnóstico. Conocida la postura del Gobierno del Partido Popular, nada podía esperarse de un marco de relación bilateral entre el Gobierno español y ETA o la izquierda abertzale. En la medida en que no cabía esperar esta implicación, los pasos los tenían que dar ETA y la izquierda abertzale. Esos pasos tenían que ver con el desarme y la disolución, el cambio de estrategia en relación con la legalidad penitenciaria y la lectura crítica sobre el pasado. Existía una coincidencia en el análisis. También en los tiempos. Tanto los mediadores internacionales como los dirigentes de la izquierda abertzale auguraban, el verano de 2013, que esos pasos se iban a dar pronto, en los meses siguientes. El Gobierno Vasco ofreció su disposición abierta a acompañar ese proceso y colaborar en aquello que fuera necesario y pertinente desde el punto de vista institucional. Sin embargo, algunos signos fueron demostrando que la realidad no iba a coincidir con las previsiones. El primer siglo fue la carta que ETA dirigió al Lehendakari en septiembre de 2013. El ofrecimiento del Gobierno Vasco a colaborar en el final ordenado de ETA, explicitando en una reunión mantenida en en junio junto con representantes de la izquierda abertzale y ante mediadores internacionales, fue respondida con abruptas descalificaciones. La misiva pretendía imponer una precondición: la creación de un magma de entidades sociales, sindicales, políticas e institucionales para un proceso de final de ETA indefinido y sin calendario. La prueba definitiva de que ETA no estaba madura y de que el proceso se iba a prolongar fue el denominado "minidesarme"del 21 de febrero de 2014 presentado por Ram Manikkalingam en el Hotel Carlton de Bilbao. Este "gesto" había sido adelantado al Gobierno Vasco como la inminencia de un gran paso y resultó ser un paso menor vista su dimensión. La posición del Gobierno Vasco era hasta ese momento de predisposición abierta. Primero desarrollamos todas las gestiones solicitadas por los mediadores internacionales para promover un clima de apoyo previo al paso de desarme que se iba a dar. Segundo, a pesar de las dudas, decidí ser el primero en avalar el trabajo de los mediadores internacionales y apoyar el gesto como un paso insuficiente, pero orientado en la buena dirección. Y tercero, acudí a Madrid cuando los representantes de la Comisión Internacional de Verificación fueron llamados a declarar en la Audiencia Nacional. Segunda fase: de colaboración exigente. Se extiende desde marzo de 2014 hasta el anuncio de la disolución, el 4 de mayo de 2018. La enorme decepción que provoca el "minidesarme" de ETA y el incumplimiento de buena parte de los anuncios sobre lo que iba a ocurrir, matizan la posición del Gobierno Vasco. Destacó dos hechos que tienen una incidencia directa en este cambio. Primero ,no se hizo público un comunicado de ETA, confirmando que el primer gesto eran muestra de una voluntad de desarme irreversible, incondicional, definitivo, y completo. Un comunicado que los mediadores internacionales aseguraban, se iba a dar a conocer aquellos días. No se hizo. Segundo, a las pocas semanas de aquella frustración colectiva,l Center for y Humanitarian Dialogue de Jonathan Powell se dirige al Gobierno Vasco para pedir su apoyo para un nuevo evento internacional: un "Ayete II" a celebrar en junio-julio de 2014. El Gobierno Vasco pregunta si ese evento iría acompañado de alguno de los pasos definitivos por parte de ETA. La respuesta fue ambigua y dilatoria. En unas semanas se pudo comprobar que se trataba de volver a crear una escenografía de proceso de paz internacional, pero vacía de contenido real. La respuesta del Gobierno Vasco fue clara. Manifestamos nuestra negativa a participar en cualquier evento que no contara con garantías de que ETA y la izquierda abertzale darían los pasos definitivos: desarme definitivo y disolución; cambio de estrategia en la cuestión penitenciaria; y reflexión crítica sobre el pasado. Se abre la segunda fase de colaboración exigente. El Gobierno Vasco constata que ETA va a especular con su final. Contra toda lógica y razón, el proceso se va a posponer. La justificación que utilizaban los mediadores y la izquierda abertzale para explicar el retraso era que en ETA había distintas sensibilidades y que necesitaban tiempo para avanzar al unísono. Este es un pretexto universal que se ha utilizado para no moverse o moverse lo menos posible. La izquierda abertzale ha hecho uso del mismo a menudo a lo largo de la historia. El tiempo acabaría confirmando que una razón poderosa, una vez más, tenía que ver con la tentación de utilizar políticamente el final de ETA. ETAk ezin zuen Estatuarekin negoziatu. Hala ere, ETAk bere amaieraz "negoziatzen" jarraitu nahi zuen. Beren buruarekin negoziatzen zuten, bitartekarekin eta euskal erakundeekin negoziatu nahi zuten. Alderdi politikoekin, gizarte-eragileekin eta gizartearekin berarekin negoziatu nahi zuten. Eusko Jaurlaritza ez zegoen joko horretan parte hartzeko prest. Argi eta garbi adierazi genuen hori 2014ko martxoaz geroztik naziorteko hiru bitartekari taldeekin izan genituen bilera ugarietan. Eusko Jaurlaritzak eraginkorrak eta benetakoak izango ziren urratsak baino ez zituen babestuko, edo horietan parte hartuko. Jarrera hori bera jakinarazi zitzaien ezker abertzaleko eta ETAko buruei. Bide zuzenetatik edo nazioarteko bitartekarien bidez. ETA quería seguir negociando con su final. El Gobierno Vasco no estaba dispuesto a participar en ese juego. Lo comunicamos con claridad. Teníamos un peso y lo hicimos valer. Los mediadores internacionales sólo contaban con el apoyo institucional del Gobierno Vasco. Necesitaban este respaldo. De hecho, una condición reiteradamente expuesta por los mediadores a ETA y a la izquierda abertzale para continuar con su labor era, precisamente, contar con el apoyo institucional del Gobierno Vasco. El Gobierno Vasco hizo valer la capacidad de influencia en todo lo que ocurrió los cuatro años siguientes. Colaboramos activamente, y hasta el último día, con los mediadores internacionales. En el desarme, fue pieza clave la relación del Gobierno Vasco con el Gobierno español y las autoridades francesas. En la disolución, configuramos un marco de apoyo institucional, claro, crítico y condicionado a contenidos concretos. El Gobierno Vasco hizo valer su peso a base de mantener cuando fue necesario discrepancias y tensiones con los mediadores internacionales y con la izquierda abertzale. Esa colaboración exigente contribuyó a que el desarme y la desaparición fueran definitivos y no se dilatasen en maniobras tácticas o estrategias de dosificación, escenificación y gestión política del final de ETA. Tercera fase: de afirmación Ética. Esta fase se superpone con las dos anteriores y se prolonga a lo largo de todo el periodo. Se manifiesta expresamente en los dos planes estratégicos que fijan con claridad el principio ético sobre el que se basa el proceder del Gobierno Vasco. Como ya se ha señalado, a partir de 2014 se pudo comprobar que los tiempos del final de ETA iban a ser gestionados. El proceso iba a sufrir demoras y especulación interesada. De forma paralela, se pudo constatar que ni ETA ni la izquierda abertzale estaban maduras para ofrecer a la sociedad y a las víctimas una lectura mínimamente crítica de lo que habían supuesto las vulneraciones de los derechos humanos por parte de ETA. Ez hori bakarrik. Prestatzen ari ziren eraikuntza diskurtsibo eta eszenografikoen asmoa ere egiaztatu ahal izan zen. ETAk, alde batetik, bere iragana lausot nahi zuen. Bestetik, amargabetzea eta desegitea "keinu handiko" epika baten, esango nuke, atze-oihalarekin aurkeztu nahi zuen. ETAren asmo hori etikoki, politikoki eta demokratikoki onartezina zen. Gainera, asmo horrek armagabetzea eta desegitea gure gizartean gehienek nahi zutenetik urruntzen zituen. Eusko Jaurlaritzak bi erabaki garrantzitsu hartu zituen. Lehenik eta behin, ahalik eta gehien laguntzea, armagabetzea eta desegitea serioak, behin betikoak eta atzeraezinak izan zitezen. Bigarrenik, etikoki anbiguok diren osagaiez inguratuta dagoen ETAren armagabetzearen edo amaieraren eszenografietan ez parte hartzea. ETA pretendía difuminar su pasado y presentar su desarme y disolución con el telón de fondo de la épica de un gran gesto. El Gobierno Vasco decidió expresar su posición de forma inequívoca para acentuar el componente ético y político que debía acompañar el final de ETA. En relación con el desarme, no participamos en los actos organizados en Baiona y elaboramos las declaraciones de 18 de Marzo y 8 de abril. En relación con la disolución, no participamos en los actos desarrollados en Cambó y elaboramos la Declaración de Bertiz, junto a la Presidenta entonces de Navarra, Uxue Barkos. Nuestro objetivo era que el componente ético y la consideración que merecían las víctimas de ETA no quedasen relegados a un terreno accesorio o meramente decorativo. Queríamos precisamente que el compromiso ético tuviese un reflejo institucional claro. Eusko Jaurlaritzak izandako eginkizunaren eraginari buruzko ondorioak. Eusko Jaurlaritzak nazioarteko bitartekari emandako babesa beti egon zen mugimendu ez espekulatiboen baldintzapean. Hori izan zen halaber, ezker abertzaleari, erakundeei eta gizarte osoari zuzendutako mezua. Eusko Jaurlaritza aktiboki inplikatu zen ETAren armagabetzearen eta desegitean, modu positiboan eragiteko. El Gobierno Vasco se implicó de forma positiva en el desarme y disolución de ETA. Esta influencia se resume en cuatro contribuciones de nuestro Gobierno, siempre en colaboración con el resto de agentes: Primera. El Gobierno Vasco contribuyó a que el desarme de ETA fuera legal, definitivo y sin contrapartidas. Con un modelo similar a la propuesta de 21 de diciembre de 2014. Del mismo modo, el Gobierno contribuyó a evitar que la disolución se anunciara en términos equívocos o confusos. Se evitaron dosificaciónes y dilaciones interesadas. Segunda. Hemos contribuido a que las personas presas, su entorno y la izquierda abertzale modificaran su estrategia en relación con la legalidad penitenciaria y dejaran de rechazar sus posibilidades en materia de beneficios penitenciarios y progresión de grados. No obstante, la política penitenciaria sigue siendo una tarea pendiente. Tercera. Hemos promovido que la desaparición de ETA venga acompañada de una reflexión crítica sobre el pasado lo suficientemente clara como para que tenga efectos sociales y políticos transformadores. Ésta sigue siendo también una tarea pendiente. Cuarta. Desde un punto de vista ético- político, el Gobierno Vasco ha liderado un discurso y una praxis que representa la sensibilidad mayoritaria de la sociedad vasca. Nos hemos opuesto a las pretensiones de instaurar un sincretismo memorial o una exaltación épica del final de ETA; una organización terrorista que deja 853 víctimas mortales. Este 2013, a través de dos planes de paz, convivencia y derechos humanos, hemos desarrollado una política estable y sistematizada de intervención integral en todos los ámbitos para un final ordenado de la violencia. Nuestro norte ha sido y sigue siendo, avanzar en el encuentro social y fortalecer la cultura de la paz y los derechos humanos en Euskadi. Termino con una reflexión sobre el significado del final de ETA. Recurrir a la violencia es sentirse con capacidad de vulnerar los derechos humanos de otras personas. Creerse tan poderoso como para autopercibirse, dueño de la vida de otro ser humano. Recurrir a la violencia equivale a sentirse, en última instancia, un Dios que decide sobre la vida y la muerte. Recurrir a la violencia o al terrorismo es un error fatal y radical. Error ético, político y democrático. Nadie es dios. Nadie puede disponer de los derechos humanos de las otras personas. Los derechos humanos son indisponibles. Quienes practicaron o apoyaron el uso de la violencia creyeron que podían decidir sobre la vida de otras personas, porque la defensa de objetivos superiores les legitimaba para ello. ETA fue un error de principio a fin. Nunca debió existir. Nunca más debería repetirse una deriva similar. Este es el mensaje de pedagogía ética para las generaciones que sufrimos esta realidad. Y es muy especialmente el mensaje que queda como legado para las generaciones venideras. El final de ETA es la ratificación de que nunca debió existir. Confirma que recurrir a la violencia es una aberración ética, un inmenso error político y una pretensión inútil y contraproducente. Inork ez du beste pertsona batzuen giza eskubideak helburu politikoarekin urratzeko gaitasunik. ETAren amaierak berak berresten du ez zela inoiz ere izan behar. Bakearen eta bizikidetzaren bidean bidelagun izan ditugun pertsona guztiak gogoan ditugu. Hau guztion artean egindako lanaren lorpen bat izan da. Gaur bereziki eskertzen duguna. Gogoan ditugu baita ere biktimak eta beraien senitartekoak. Jasan dutena bidegabea da. Bizikidetza lantzen, ehuntzen eta sendotzen jarraituko dugu bakean bizi eta iraun nahi duen gure Herri honetan. Eta bukatzeko, atzera begirada planteatzen da jardunaldian eta bizikidetzaz aritu izan naiz eta gaurkotasunari eutsiz ere, bizikidetza elkarbizitza, elkarrekin bizi azpimarratu nahi dut.hi dut.
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