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(*) Azpititulazio-zerbitzu hau sortzen da probetako software bertsio batekiko automatizatutako eran. Barka itzazue akatsak.
Iñigo Urkullurentzat ETA ez zen inoiz existitu behar eta ez da berriro gertatu behar
Transkripzioa
Eskertzen dut ekimena. Uste dut topaketa
hau oso garrantzitsua dela. Arretaz eta
seriotasunez prestatu dugu.
Etapa bat ixten eta berri bat irekitzen
lagundu nahi dugu.
"Eusko Jaurlaritzak ETAren armagabetzea
eta desegitea izandako zereginaren
deskribapena eta balorazioa" izeneko
txostena prestatu dugu. Gero sarreran
eskuragai izango duzuenok edo izango
duzuena guztiok.
Gure helburua iraganari begirada bat
ematea da, Euskadik etorkizuna
bizikidetzan egitea laguntzeko.
ETAren behin betiko desagerpena atzean
utzi zuen sufrimendu guztiagatik,
zalantzarik gabeko garrantzia izan zuen
gertaera izan zen gure herriaren
historian.
Sorrerako aktan 1959ko uztailaren
31koa da, orain 60 urte.
Munduko erakunde terroristen artean
gehien iraun duenetako bat izatearen
ohore tristea du.
Agradezco la iniciativa de organizar
este seminario como el que queremos
contribuir a cerrar una etapa y abrir
una nueva. Nuestra contribución es el
informe "Descripción y valoración del
papel desempeñado por el Gobierno Vasco
en el desarme y disolución de ETA".
Estará a disposición de ustedes a la
entrada. Nuestro objetivo es compartir
una mirada al pasado del terrorismo y la
violencia para asentar un futuro de
convivencia en Euskadi.
La desaparición definitiva de ETA se
prolongó durante casi siete años.
Se inició el 20 de octubre de 2011 con su
anuncio de cese de la violencia.
Finalizó el cuatro de mayo de 2018 con
su disolución. Reflexionar sobre el
final de ETA tiene una alta
importancia pedagógica sobre el pasado,
el presente y el futuro. ETA ha
acabado; pero el rastro de sus
consecuencias se extenderá por mucho
tiempo, todavía. Lo hará en el corazón y
el recuerdo de cada una de las víctimas.
En las relaciones políticas e
institucionales, en las políticas
públicas de memoria y educación, también
en la convivencia y las relaciones
sociales.
Gaur Gogora Institutuan perspektiba
bikoitza eskaintzen duen dokumentu bat
jarri dugu.
Lehenik eta behin, Eusko Jaurlaritzak
ETAren armagabetzearen eta behin betiko
desegitearen helburuari egindako
ekarpena dokumentatzen du.
Bigarrenik gertakari horiek interpretatzen
laguntzen duten azken ondorio batzuk
eskaintzen ditu.
Bi legealdi hauetan, bi azken legealdi
hauetan, Eusko Jaurlaritzak izan duen
jardunak estrategia zehaztua jarraitu
du: "Bake eta Bizikidetza Plana 2013
-2016" eta "Bizikidetzaren eta
Giza Eskubideen Plana 2018-2020".
Bi plan horietan lehen helburua ETA
desagertzea da.
La desaparición de ETA era en 2013 un
objetivo estratégico de primera
magnitud y, aunque su logro no
dependiera directamente del Ejecutivo
vasco sino de la propia ETA, adoptamos
una política orientada a impulsar,
facilitar y acelerar esa decisión.
El documento depositado
en Gogora describe y valora el papel
del Gobierno Vasco. No pretende
atribuirse ninguno especial protagonismo
en el logro de este objetivo. El final
de ETA llegó demasiado tarde como para
que nadie pretenda atribuirse méritos.
Su desarme y disolución definitiva son
el resultado de una acción coral con
muchas contribuciones. La del Gobierno
Vasco fue una más. El final de ETA es
consecuencia de una larga lista de
intentos fallidos y estrategias
ensayadas que no dieron resultado.
Realmente, el principal agente
catalizador de su final es el
empecinamiento de la propia ETA al
tratar de prolongar, contra toda lógica
y razón, su existencia y su acción
terrorista.
Eusko Jaurlaritzak bete duen eginkizunari buruz arituko naiz.
Jaurlaritzak ETAren desegitean egin duen
ekarpenean, hiru faseari buruz hitz egin
behar da.
Lehen fasea: jarrera irekia, 2. fasea:
lankidetza exigentea eta 3. fasea:
Berrespen etikoa.
Éstas son las tres fases de la
contribución del Gobierno Vasco al
desarme y disolución de ETA. Primera
fase de: Predisposición abierta.
Esta etapa se extiende desde diciembre
de 2012 hasta marzo de 2014.
Por mi anterior responsabilidad, como
presidente del Eusko Alderdi Jeltzalea,
Partido Nacionalista Vasco, mantenía
contactos con los tres grupos
internacionales que desarrollaban alguna
actividad facilitadora en el final de
ETA. El "Grupo Internacional de Contacto",
presidido por el abogado sudafricano
Brian Currin; "Center for y Humanitarian
Dialogue", con Jonathan Powell al frente
y "Comisión Internacional de Verificación"
liderada por Ram Manikkalingam.
Los contactos mantenidos durante el
primer semestre de 2013 y las reuniones
con representantes de la izquierda
abertzale permitían confiar en que ETA y
la izquierda abertzale seguirían dando
los pasos necesarios para un cierre
definitivo y ordenado de la violencia.
Aparentemente existía una
coincidencia en el diagnóstico sobre lo
que ETA y la izquierda abertzale debían hacer.
Tanto mediadores y líderes de la
izquierda abertzale como el Gobierno
Vasco coincidíamos en el diagnóstico.
Conocida la postura del Gobierno del
Partido Popular, nada podía esperarse
de un marco de relación bilateral entre
el Gobierno español y ETA o la izquierda
abertzale. En la medida en que no
cabía esperar esta implicación, los
pasos los tenían que dar ETA y la
izquierda abertzale. Esos pasos
tenían que ver con el desarme y la
disolución, el cambio de estrategia en
relación con la legalidad penitenciaria
y la lectura crítica sobre el pasado.
Existía una coincidencia en el análisis.
También en los tiempos. Tanto los
mediadores internacionales como los
dirigentes de la izquierda abertzale
auguraban, el verano de 2013, que esos
pasos se iban a dar pronto, en los meses
siguientes.
El Gobierno Vasco ofreció su disposición
abierta a acompañar ese proceso y
colaborar en aquello que fuera necesario
y pertinente desde el punto de vista
institucional. Sin embargo, algunos
signos fueron demostrando que la
realidad no iba a coincidir con las
previsiones.
El primer siglo fue la carta que ETA
dirigió al Lehendakari en septiembre de
2013.
El ofrecimiento del Gobierno Vasco a
colaborar en el final ordenado de ETA,
explicitando en una reunión mantenida en
en junio junto con
representantes de la izquierda abertzale
y ante mediadores internacionales, fue
respondida con abruptas
descalificaciones.
La misiva pretendía imponer una
precondición: la creación de un magma
de entidades sociales, sindicales,
políticas e institucionales para un
proceso de final de ETA indefinido y sin
calendario.
La prueba definitiva de que ETA no
estaba madura y de que el proceso se
iba a prolongar fue el denominado
"minidesarme"del 21 de febrero de 2014
presentado por Ram Manikkalingam en el
Hotel Carlton de Bilbao.
Este "gesto" había sido adelantado al
Gobierno Vasco como la inminencia de un
gran paso y resultó ser un paso menor
vista su dimensión. La posición del
Gobierno Vasco era hasta ese momento de
predisposición abierta. Primero
desarrollamos todas las gestiones
solicitadas por los mediadores
internacionales para promover un clima
de apoyo previo al paso de desarme que
se iba a dar. Segundo, a pesar de las
dudas, decidí ser el primero en avalar
el trabajo de los mediadores
internacionales y apoyar el gesto como
un paso insuficiente, pero orientado en
la buena dirección. Y tercero, acudí a
Madrid cuando los representantes de la
Comisión Internacional de Verificación
fueron llamados a declarar en la
Audiencia Nacional.
Segunda fase: de colaboración exigente.
Se extiende desde marzo de 2014 hasta el
anuncio de la disolución, el 4 de
mayo de 2018.
La enorme decepción que provoca el
"minidesarme" de ETA y el incumplimiento de
buena parte de los anuncios sobre lo que
iba a ocurrir, matizan la posición del
Gobierno Vasco.
Destacó dos hechos que tienen una
incidencia directa en este cambio.
Primero ,no se hizo público un comunicado
de ETA, confirmando que el primer gesto
eran muestra de una voluntad de desarme
irreversible, incondicional, definitivo,
y completo. Un comunicado que los
mediadores internacionales aseguraban,
se iba a dar a conocer aquellos días. No
se hizo. Segundo, a las pocas semanas de
aquella frustración colectiva,l Center
for y Humanitarian Dialogue de Jonathan
Powell se dirige al Gobierno Vasco para
pedir su apoyo para un nuevo evento
internacional: un "Ayete II" a celebrar
en junio-julio de 2014.
El Gobierno Vasco pregunta si ese evento
iría acompañado de alguno de los pasos
definitivos por parte de ETA. La
respuesta fue ambigua y dilatoria.
En unas semanas se pudo comprobar que se
trataba de volver a crear una
escenografía de proceso de paz
internacional, pero vacía de contenido
real. La respuesta del Gobierno Vasco
fue clara.
Manifestamos nuestra negativa a
participar en cualquier evento que no
contara con garantías de que ETA y la
izquierda abertzale darían los pasos
definitivos: desarme definitivo y
disolución; cambio de estrategia en la
cuestión penitenciaria; y reflexión
crítica sobre el pasado.
Se abre la segunda fase de colaboración
exigente. El Gobierno Vasco constata
que ETA va a especular con su final.
Contra toda lógica y razón, el proceso
se va a posponer.
La justificación que utilizaban los
mediadores y la izquierda abertzale para
explicar el retraso era que en ETA había
distintas sensibilidades y que
necesitaban tiempo para avanzar al
unísono.
Este es un pretexto universal que se ha
utilizado para no moverse o moverse lo
menos posible. La izquierda abertzale ha
hecho uso del mismo a menudo a lo largo
de la historia. El tiempo acabaría
confirmando que una razón poderosa, una
vez más, tenía que ver con la tentación
de utilizar políticamente el final de
ETA.
ETAk ezin zuen Estatuarekin negoziatu.
Hala ere, ETAk bere amaieraz "negoziatzen"
jarraitu nahi zuen.
Beren buruarekin negoziatzen zuten,
bitartekarekin eta euskal erakundeekin
negoziatu nahi zuten. Alderdi
politikoekin, gizarte-eragileekin eta
gizartearekin berarekin negoziatu nahi
zuten.
Eusko Jaurlaritza ez zegoen joko
horretan parte hartzeko prest.
Argi eta garbi adierazi genuen hori
2014ko martxoaz geroztik naziorteko
hiru bitartekari taldeekin izan genituen
bilera ugarietan.
Eusko Jaurlaritzak eraginkorrak eta
benetakoak izango ziren urratsak baino
ez zituen babestuko, edo horietan parte
hartuko.
Jarrera hori bera jakinarazi
zitzaien ezker abertzaleko eta ETAko
buruei. Bide zuzenetatik edo nazioarteko
bitartekarien bidez.
ETA quería
seguir negociando con su final. El
Gobierno Vasco no estaba dispuesto a
participar en ese juego. Lo comunicamos
con claridad. Teníamos un peso y lo
hicimos valer. Los mediadores
internacionales sólo contaban con el
apoyo institucional del Gobierno Vasco.
Necesitaban este respaldo. De hecho, una
condición reiteradamente expuesta por
los mediadores a ETA y a la izquierda
abertzale para continuar con su labor
era, precisamente, contar con el apoyo
institucional del Gobierno Vasco. El
Gobierno Vasco hizo valer la capacidad
de influencia en todo lo que ocurrió los
cuatro años siguientes. Colaboramos
activamente, y hasta el último día, con
los mediadores internacionales. En el
desarme, fue pieza clave la relación del
Gobierno Vasco con el Gobierno español y
las autoridades francesas. En la
disolución, configuramos un marco de
apoyo institucional, claro, crítico y
condicionado a contenidos concretos.
El Gobierno Vasco hizo valer su peso a
base de mantener cuando fue necesario
discrepancias y tensiones con los
mediadores internacionales y con la
izquierda abertzale.
Esa colaboración exigente contribuyó a
que el desarme y la desaparición fueran
definitivos y no se dilatasen en
maniobras tácticas o estrategias de
dosificación, escenificación y gestión
política del final de ETA.
Tercera fase: de afirmación Ética.
Esta fase se superpone con las dos
anteriores y se prolonga a lo largo de
todo el periodo.
Se manifiesta expresamente en los dos
planes estratégicos que fijan con
claridad el principio ético sobre el que
se basa el proceder del Gobierno Vasco.
Como ya se ha señalado, a partir de 2014
se pudo comprobar que los tiempos del
final de ETA iban a ser gestionados.
El proceso iba a sufrir demoras y
especulación interesada.
De forma paralela, se pudo constatar que
ni ETA ni la izquierda abertzale estaban
maduras para ofrecer a la sociedad y a
las víctimas una lectura
mínimamente crítica de lo que habían
supuesto las vulneraciones de los
derechos humanos por parte de ETA.
Ez hori bakarrik.
Prestatzen ari ziren eraikuntza
diskurtsibo eta eszenografikoen asmoa
ere egiaztatu ahal izan zen. ETAk,
alde batetik, bere iragana lausot
nahi zuen. Bestetik, amargabetzea eta desegitea
"keinu handiko" epika baten,
esango nuke, atze-oihalarekin
aurkeztu nahi zuen.
ETAren asmo hori etikoki, politikoki eta
demokratikoki onartezina zen.
Gainera, asmo horrek armagabetzea eta
desegitea gure gizartean gehienek nahi
zutenetik urruntzen zituen.
Eusko Jaurlaritzak bi erabaki
garrantzitsu hartu zituen. Lehenik eta
behin, ahalik eta gehien laguntzea,
armagabetzea eta desegitea serioak,
behin betikoak eta atzeraezinak izan
zitezen. Bigarrenik, etikoki anbiguok diren
osagaiez inguratuta dagoen ETAren
armagabetzearen edo amaieraren
eszenografietan ez parte hartzea.
ETA pretendía difuminar su pasado y
presentar su desarme y disolución con el
telón de fondo de la épica
de un gran gesto.
El Gobierno Vasco decidió expresar su
posición de forma inequívoca para
acentuar el componente ético y político
que debía acompañar el final de ETA.
En relación con el desarme, no
participamos en los actos organizados en
Baiona y elaboramos las declaraciones de
18 de Marzo y 8 de abril.
En relación con la disolución, no
participamos en los actos desarrollados
en Cambó y elaboramos la Declaración de
Bertiz, junto a la Presidenta entonces
de Navarra, Uxue Barkos.
Nuestro objetivo era que el componente
ético y la consideración que merecían
las víctimas de ETA no quedasen
relegados a un terreno accesorio o
meramente decorativo. Queríamos
precisamente que el compromiso ético
tuviese un reflejo institucional claro.
Eusko Jaurlaritzak izandako
eginkizunaren eraginari buruzko
ondorioak.
Eusko Jaurlaritzak nazioarteko
bitartekari emandako babesa beti egon
zen mugimendu ez espekulatiboen
baldintzapean. Hori izan zen halaber,
ezker abertzaleari, erakundeei eta
gizarte osoari zuzendutako mezua.
Eusko Jaurlaritza aktiboki inplikatu zen
ETAren armagabetzearen eta desegitean,
modu positiboan eragiteko.
El Gobierno Vasco se implicó de forma
positiva en el desarme y disolución de
ETA. Esta influencia se resume en cuatro
contribuciones de nuestro Gobierno,
siempre en colaboración con el resto de
agentes: Primera. El Gobierno Vasco
contribuyó a que el desarme de ETA fuera
legal, definitivo y sin contrapartidas.
Con un modelo similar a la propuesta de
21 de diciembre de 2014. Del mismo
modo, el Gobierno contribuyó a evitar
que la disolución se anunciara en
términos equívocos o confusos. Se
evitaron dosificaciónes y dilaciones
interesadas.
Segunda. Hemos contribuido a que las
personas presas, su entorno y la
izquierda abertzale modificaran su
estrategia en relación con la legalidad
penitenciaria y dejaran de rechazar sus
posibilidades en materia de beneficios
penitenciarios y progresión de grados.
No obstante, la política penitenciaria
sigue siendo una tarea pendiente.
Tercera. Hemos promovido que la
desaparición de ETA venga acompañada de
una reflexión crítica sobre el pasado lo
suficientemente clara como para que
tenga efectos sociales y políticos
transformadores. Ésta sigue siendo
también una tarea pendiente.
Cuarta. Desde un punto de vista ético-
político, el Gobierno Vasco ha liderado
un discurso y una praxis que representa
la sensibilidad mayoritaria de la
sociedad vasca.
Nos hemos opuesto a las pretensiones de
instaurar un sincretismo memorial o una
exaltación épica del final de ETA; una
organización terrorista que deja 853
víctimas mortales.
Este 2013, a través de dos planes de paz,
convivencia y derechos humanos, hemos
desarrollado una política estable y
sistematizada de intervención integral
en todos los ámbitos para un final
ordenado de la violencia. Nuestro
norte ha sido y sigue siendo, avanzar en
el encuentro social y fortalecer la
cultura de la paz y los derechos humanos
en Euskadi.
Termino con una reflexión sobre el
significado del final de ETA.
Recurrir a la violencia es sentirse con
capacidad de vulnerar los derechos
humanos de otras personas. Creerse tan
poderoso como para autopercibirse,
dueño de la vida de otro ser humano.
Recurrir a la violencia equivale a
sentirse, en última instancia, un Dios
que decide sobre la vida y la muerte.
Recurrir a la violencia o al terrorismo
es un error fatal y radical.
Error ético, político y democrático.
Nadie es dios. Nadie puede disponer de
los derechos humanos de las otras
personas. Los derechos humanos son
indisponibles.
Quienes practicaron o apoyaron el uso de
la violencia creyeron que podían
decidir sobre la vida de otras personas,
porque la defensa de objetivos
superiores les legitimaba para ello.
ETA fue un error de principio a fin.
Nunca debió existir. Nunca más debería
repetirse una deriva similar. Este es
el mensaje de pedagogía ética para las
generaciones que sufrimos esta realidad.
Y es muy especialmente el mensaje que
queda como legado para las generaciones
venideras. El final de ETA es la
ratificación de que nunca debió existir.
Confirma que recurrir a la violencia es
una aberración ética, un inmenso error
político y una pretensión inútil y
contraproducente.
Inork ez du beste pertsona batzuen giza
eskubideak helburu politikoarekin
urratzeko gaitasunik. ETAren amaierak
berak berresten du ez zela inoiz ere
izan behar.
Bakearen eta bizikidetzaren bidean
bidelagun izan ditugun pertsona guztiak
gogoan ditugu. Hau guztion artean
egindako lanaren lorpen bat izan da.
Gaur bereziki eskertzen duguna.
Gogoan ditugu baita ere biktimak eta
beraien senitartekoak. Jasan dutena
bidegabea da.
Bizikidetza lantzen, ehuntzen eta
sendotzen jarraituko dugu bakean bizi
eta iraun nahi duen gure
Herri honetan.
Eta bukatzeko, atzera begirada
planteatzen da jardunaldian eta
bizikidetzaz aritu izan naiz eta
gaurkotasunari eutsiz ere, bizikidetza
elkarbizitza, elkarrekin bizi
azpimarratu nahi dut.hi dut.