Reflexión sobre la oferta de empleo público en educación.
Estimados señores y señoras del departamento de educación:
Me gustaría realizar una reflexión sobre la oferta de empleo público que acaban de realizar.
Leo en ciertos medios que les llena de satisfacción ver que todas las plazas se han cubierto, como si ese fuera el único objetivo de la OPE. Yo entiendo que el objetivo debe ser elegir a los mejores a los mejores profesores de entre todos los candidatos.
Leo también que en esta convocatoria se ha dado más valor al conocimiento práctico, como si el supuesto practico (parte A de la primera prueba) tuviera algo que ver con la experiencia o estuviese relacionado con la realidad que vivimos en los colegios. El supuesto práctico es un examen más, con unos criterios de calificación tan amplios como ambiguos, en el que la experiencia no ayuda nada. Donde conocer los protocolos del departamento de educación y las ejemplificaciones que en ellos aparecen no tiene ninguna utilidad. Un examen que para aprobar tienes o bien acertar con las rubricas que tiene el tribunal, o bien conocerlas de antemano como ha ocurrido en multitud de casos. (Aquellas personas que tenían las rubricas a través de academias o conocidos son los que han sacado mejor nota.)
En esta OPE la mayoría de las plazas se han repartido entre aquellos opositores que han sacado buena nota en el supuesto práctico, sin tener apenas en cuenta el resto de pruebas, o los meritos que se pudieran aportar. Basta con echar un vistazo a las diferentes fases del proceso (ustedes tienen todos los datos) para darse cuenta del la importancia que tiene cada apartado en la nota final. Como ejemplo les digo que en Educación Primaria las personas que aprobaron la primera prueba con una trayectoria laboral de 10 años o más son menos del 10%. Y eso teniendo en cuenta que es un sistema que, según ustedes, favorece la experiencia en la parte practica.
La infinidad de reclamaciones que recibieron los tribunales, de opositores incrédulos e indignados deberían hacerles reflexionar sobre el proceso. Yo entiendo que un sistema de oposición perfecto no existe, que es el gobierno central el que marca como debe ser el proceso, pero desde aquí tenemos margen de actuación para hacerlo más justo. A continuación les pongo algunas propuestas.
• Poner en la convocatoria unos criterios de calificación claros y concisos para que todos los opositores sepan cómo preparar las diferentes pruebas.
• No dar tanta importancia a una sola prueba. (Un examen eliminatorio que vale el 70% de la nota no es la mejor manera de evaluar)
• Tribunales con un máximo de 50 opositores. (Como docentes sabemos que los ratios son muy importantes para una buena evaluación)
• Y por último, dar la oportunidad a más opositores a que se les valoren sus programaciones didácticas, sus unidades, su forma de trabajar en clase y los meritos conseguidos a lo largo de muchos años de trabajo. (La calificación final siempre es mejor y más justa cuando existen diferentes instrumentos de evaluación)
Muchos de nosotros vivimos una época en la que los exámenes no eran eliminatorios y los jóvenes recién salidos de la facultad no teníamos nada que hacer en el proceso. Tras varios años de crisis, donde las tasas de reposición se redujeron al mínimo, nos encontramos la situación contraria.
Si queremos que la escuela pública mejore y avance, debemos encontrar un sistema que escoja a los mejores maestros, un sistema donde se tengan en cuenta los principios de igualdad, merito y capacidad. Y no un sistema cuyo objetivo es repartir las plazas en el menor tiempo posible gastando el mínimo dinero posible.
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Guztiz ados!1 de septiembre de 2019
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28 de octubre de 2019
Estimados señores y señoras del departamento de educación:
Veo que su departamento mantienen el discurso según el cual hecho de repartir todas las plazas es una mejora en la oferta de empleo público.
Solo a través de la autocomplacencia se pueden considerar como mejoras unos cambios que han provocado incertidumbre e infinidad de quejas entre las opositoras y los opositores.
Cualquier persona relacionada con la educación, coincidirá en decir que una evaluación es infinitamente mejor cuando se utilizan numerosas y diferentes estrategias de evaluación y cuando las técnicas e instrumentos de evaluación miden y califican variables diversas.
Dar un 70% de valor a un examen eliminatorio va en contra de lo que tiene que ser una buena evaluación y no mejora el sistema de oposición.
Lo único que puede provocar este tipo de medidas es un ERE encubierto en la educación pública.
Desgraciadamente con este tipo de cuestiones y otras parecidas, seguimos avanzando en el desprestigio de la educación pública. Poco a poco las mejoras se reflejaran en las matriculaciones en colegios de educación privada/concertada y nos convertiremos en unos referentes en segregación escolar.
Un saludo. -
5 de septiembre de 2019
Estimado Jose Angel,
En primer lugar, hemos de agradecer el interés que muestra por este tema, así como las aportaciones que realiza. El Departamento de Educación, con ese mismo objetivo de mejora de los procesos selectivos de personal, ha ido incluyendo en los últimos años modificaciones en las Ofertas Públicas de Empleo, con el fin de seleccionar así a las y los mejores profesionales de la educación. Estas mejoras han redundado, como usted dice, en la cobertura de todas las plazas ofertadas en Educación Infantil y Primaria.
Muchas gracias, nuevamente, por compartir sus reflexiones y propuestas a través de este canal. -
1 de septiembre de 2019
Ez da erraza izango, ez, oposaketa sistema justu eta egoki bat diseinatzea, baina asko egin liteke hobetzeko. Nire ustez:
1.- Esperientziari puntuazio handiagoa eman beharko litzaioke.
2.- Alderdi teorikoko gaitegia berritu beharko litzateke eta gure eguneroko praktikarekin zerikusi zuzena duten gaiekin osatu: metodologia berriak...
3.- Azterketara aurkezten direnek ere ebaluazio-irizpide zein -adierazleak ere zein diren jakin beharko lukete zer dela-eta gainditu duten edo ez duten jakiteko. Gainera, diskurtso teorikoan, horixe bera aldarrikatzen ari gara eta, gero, praktikan, Hezkuntza Sailak berak ez du diskurtso horrekiko koherente jokatzen.Iruditzen zait, hezkuntza sindikatuekin elkarlanean, oposaketa-sistema honi buelta pare bat eman beharko litzaiokeela. Borondate politikoa egonez gero, dena da posible!!!