Las incertidumbres provocadas por la pandemia y la invasión de Ucrania reducen la confianza en el futuro de la juventud vasca en 9 puntos desde 2020
- Presentado el estudio Aurrera Begira 2022 “Indicadores de expectativas juveniles”
- No obstante, la valoración de su propia situación personal, aunque la más baja desde el inicio de las crisis sucesivas padecidas, alcanza un notable
- Se recupera la confianza en la expectativa de encontrar empleo en el plazo de un año entre quienes no trabajan, pasando del 62% en 2021 al 71% en 2022
- La expectativa de empleo encajado presenta el mejor dato desde 2013 con un 77% que confía en encontrar un empleo acorde a su formación al finalizarla
- El 26% de personas jóvenes de 15 a 29 años de Euskadi cree que tendrá hijos o hijas a una edad más tardía de la deseada
- “Para afrontar este contexto de grandes incertidumbres va a ser necesario desarrollar un sólido sentido de empatía y reciprocidad intergeneracional”
El Secretario General de Transición Social y Agenda 2030, Jonan Fernandez, y la Directora de Juventud, Miren Saratxaga, han presentado esta mañana en la sede del Observatorio Vasco de la Juventud los resultados de la 10ª edición del estudio “Aurrera Begira-Indicadores de expectativas juveniles”. Un estudio basado en una encuesta sobre la situación y percepción de la juventud estructurada en torno a 10 indicadores.
Este estudio se realizó por primera vez en 2013. Surgió de la preocupación, compartida por la Dirección de Juventud y Lehendakaritza, por dar voz y escuchar a la juventud en un momento de crisis. Su objetivo era y sigue siendo conocer la valoración las personas jóvenes sobre su situación, así como sus expectativas a corto y medio plazo en torno a problemas como el desempleo, la emigración o las dificultades para la emancipación, o su grado de confianza en el futuro.
La edición de 2022 se ha basado en una encuesta online realizada entre el 12 y el 19 de diciembre de 2022 a la que respondieron 3.538 personas de 15 a 29 años, 526 residentes en Álava, 1.700 en Bizkaia, 1.063 en Gipuzkoa, y 249 fuera de Euskadi. Esta décima edición permite realizar ya un balance de toda una década de análisis de expectativas juveniles.
Jonan Fernandez, ha destacado que lo primero que cabe constatar es que, en los últimos diez años, las personas jóvenes han padecido de modo muy directo la “gran incertidumbre derivada de la crisis económica, el impacto de una crisis sanitaria mundial y los efectos de la invasión de Ucrania. El estado de ánimo de la juventud no es ajeno a este contexto excepcionalmente adverso. Un contexto que ha contribuido a un descenso de la confianza en el futuro”.
Este indicador de confianza en el futuro se construye en base a tres referencias: la valoración de la propia situación personal, la valoración de la situación de la juventud como colectivo y la valoración de Euskadi. En esta, como en ediciones anteriores, el contraste principal se produce por la distinta valoración que las personas jóvenes hacen de su situación personal y de la del colectivo joven, tomado en su conjunto.
La satisfacción personal se sitúa en 70 puntos sobre 100 y la valoración de la situación de la juventud se queda en 54, en 2022, lo que “arrastra” el valor del índice a la baja. La valoración de la situación personal –aunque la más baja desde el inicio de las crisis sucesivas que hemos padecido en esta década– es notablemente alta.
La Directora de Juventud, Miren Saratxaga, ha presentado en la rueda de prensa, algunos de los datos más destacados de esta edición de Aurrera Begira:
- En relación con el balance de aspectos vitales, sigue aumentando la brecha entre la importancia otorgada y la satisfacción percibida respecto al dinero del que dispone la juventud con 21 puntos de decalaje entre la importancia concedida y la satisfacción con el mismo.
- Le sigue el trabajo con una distancia entre importancia y satisfacción de 16 puntos. En el ámbito de la salud, esta distancia es de 12 puntos. Un dato que refleja la sensibilidad creciente que en nuestra juventud tiene el bienestar físico y emocional.
- Aumenta ligeramente la percepción del riesgo de empeoramiento de las condiciones laborales respecto a 2021, pero queda lejos del dato de 2020 y a más de diez puntos del dato de 2013.
- Se recupera con fuerza la confianza en la expectativa de encontrar empleo en el plazo de un año entre quienes no trabajan pasando del 62% en 2021 al 71% en 2022.
- Del mismo modo, la expectativa de empleo encajado presenta el mejor dato desde 2013 con un 77% de estudiantes que confían encontrar un empleo acorde a su formación cuando finalicen los estudios.
- La expectativa de emigración forzosa que mide el porcentaje de personas jóvenes que creen que en el futuro se verán forzadas a emigrar al extranjero, sin desearlo, se mantiene estable y se sitúa en el 10%. De igual modo, la expectativa de emancipación truncada sigue estable con un 45%.
- En este estudio se ha incluido por primera vez el índice de maternidad y paternidad postergada, que mide el porcentaje de personas jóvenes a quienes les gustaría tener hijos o hijas, pero no creen probable que eso suceda a la edad deseada. El 26% de las personas de 15 a 29 años de Euskadi se sitúa en esa circunstancia.
El Secretario General de Transición Social y Agenda 2030 ha manifestado que este conjunto de datos son un “reflejo fiel del estado de ánimo que invade al conjunto de la sociedad”. Ha añadido que la recién aprobada Estrategia Vasca 2030 para favorecer la Emancipación juvenil y el conjunto de medidas que se están impulsando como la ayuda económica a la emancipación constituyen “una respuesta para apoyar a las personas jóvenes en este contexto de dificultades”.
En opinión de Fernandez, “para afrontar este presente y este futuro de grandes incertidumbres va a ser necesario desarrollar un sólido sentido de empatía intergeneracional. Una mirada de reciprocidad y colaboración entre generaciones. La hoja de ruta no se puede escribir con miradas y enfoques diferenciados o alejados por edades, sino con una perspectiva compartida”.