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La rápida y efectiva reacción de las residencias vascas ante la covid-19 frenó la incidencia de mortalidad en los centros de personas mayores

19 de octubre de 2022
  • La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, informa en Comisión Parlamentaria sobre las tasas de mortalidad en residencias de la CAE
  • El Departamento encargó a su Órgano Estadístico la realización del estudio ‘Mortalidad Covid-19 en residencias para personas mayores 2020-2021’ para tener una correcta evaluación de la situación
  • Las principales conclusiones son que la afección, importante al principio, se controló con rapidez y que no hubo distinciones entre centros públicos y privados
  • En comparación con el resto de territorios, Euskadi se mantuvo 32 puntos por debajo de la media del Estado

Vitoria-Gasteiz, 19/10/2022

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha informado esta tarde en la Comisión de Políticas Sociales y Juventud del Parlamento Vasco sobre los efectos de la Covid-19 en las residencias vascas. Artolazabal ha comparecido a petición de Nerea Kortajarena, de EH Bildu.

Artolazabal ha explicado los motivos que llevaron a su Departamento a solicitar a su Órgano Estadístico la elaboración del informe Mortalidad Covid-19 en residencias para personas mayores 2020-2021. Así ha recordado que su departamento “no es competente en materia de salud ni en la gestión de los recursos residenciales para personas dependientes”, que corresponde a las diputaciones forales, aunque “sí es de nuestra competencia desarrollar la normativa que regula los servicios sociales y la planificación de los mismos”.

En este sentido, tal y como ha explicado, el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales pidió el citado informe a fin de obtener una correcta evaluación de los efectos de la Covid-19, así como para la valoración de las políticas a desarrollar en el futuro en circunstancias similares.

Una de las principales conclusiones que la consejera ha expuesto ante la comisión ha sido la aceptación de que “la primera ola de contagios afectó de manera importante a la población residencial” sin distinciones entre privadas y públicas. También ha reconocido que “la afección hizo que las residencias de personas mayores tuvieran que reaccionar con rapidez para adoptar medidas que les salvaguardaran de los contagios y de las consecuencias de la Covid-19”. Entre los datos que ha aportado, Artolazabal ha cifrado en un 46% la tasa de nuevos contagios entre la población mayor de 65 años usuaria de centros residenciales durante la primera ola de la pandemia. Este porcentaje, ha apuntado, pasó a ser del 15,2% en la segunda ola de julio de 2020 y, posteriormente, se rebajó hasta un 6,1% “tras administrar las vacunas a la población mayor”. Posteriormente, la situación se estabilizó en 2021, situando “la mortalidad de la población dependiente en residencias dentro del intervalo propio de su marco de mortalidad habitual”.

El informe no observa distinciones entre centros privados y públicos: “Los datos demuestran que los centros privados no se han caracterizado por mayores niveles de sobremortalidad Covid-19 que el resto de los centros del sector”.

A modo de conclusión de este apartado, la consejera ha dicho que “los centros que más sufrieron en un principio fueron los que mejor supieron adaptarse”. A su juicio, “esta evolución pone de manifiesto el esfuerzo de adaptación a las circunstancias que ha caracterizado a las residencias para personas mayores en Euskadi con mayor riesgo durante la fase de pandemia”.

Otro de los aspectos que ha destacado Artolazabal en su intervención se ha centrado en las diferencias entre la población de personas mayores que vive en residencias frente a las que residen en sus propios hogares. “Cabe señalar que, si bien las residencias para personas mayores son las más afectadas por la pandemia 2020, su capacidad de adaptación a la misma fue mucho más rápida que la de la población dependiente que se mantiene en sus propios domicilios”, ha expuesto. Y ha proseguido con una lectura final: “Podemos decir que la pandemia llegó antes a las residencias que a los domicilios con personas dependientes, pero la reacción contra la Covid-19 fue más rápida y eficaz en las residencias que en los domicilios”.

Por último, la tercera conclusión del informe Mortalidad Covid-19 en residencias para personas mayores 2020-2021 sitúa a la CAE en la coyuntura global del Estado. Así, tal y como ha informado Beatriz Artolazabal con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en marzo y abril de 2020 se produjo un incremento del 85,6% de personas fallecidas entre la población en general en relación al mismo periodo del año anterior. Esta circunstancia tuvo una especial incidencia en las personas mayores de 65 años, colectivo al que el informe asigna en el Estado un incremento de la mortalidad del 93,5%.

“En el caso de Euskadi, el aumento de las tasas de mortalidad no fue tan pronunciado como en el resto del Estado”, ha expuesto la consejera, quien ha cifrado el porcentaje de fallecimientos de ese periodo en 61,2%, lo que supone 32 puntos menos que la media general.

“Estamos informando de números, pero soy consciente de que detrás de estas cifras hay mucho sufrimiento; el duelo traumático de familias y amigos. Todo nuestro mayor respeto para las víctimas y el dolor de sus círculos más cercanos”, ha expresado la consejera Artolazabal.

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