
Visita a las zonas de limpieza afectadas por especies de flora exóticas invasoras que está llevando a cabo el Gobierno Vasco
El departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca dirigido por Pilar Unzalu, a través de su dirección de Biodiversidad, ha visitado hoy los trabajos de limpieza que se están llevando a cabo en las marismas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai (Kortezubi)
El objetivo es conocer de primera mano las acciones de erradicación de especies exóticas invasoras (Baccharis halimifolia) que se están realizando en 3 estuarios de la Comunidad Autónoma de Euskadi (Urdaibai, ría del Lea y Txingudi).
En esta visita, el Director de Biodiversidad del Gobierno Vasco, Germán Alonso, ha explicado que “debemos abordar la problemática que la especie de flora exótica invasora Baccharis halimifolia, arbusto conocido como “chilca” y procedente de Norteamérica, está provocando en algunos de los estuarios de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Lo que queremos con estos trabajos es restaurar los hábitats de interés de los estuarios del País Vasco, y proteger la flora autóctona frente a ataques invasivos de otras especies.”
Estas tareas está enmarcadas en el proyecto europeo LIFE+ (2007-2013), tiene un coste total de 1.860.000 € de los cuales el 50% está financiado por la Comisión Europea, mientras que el otro 50% es aportado por el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno y consta de 3 componentes: naturaleza y biodiversidad, política ambiental y gobernanza, e información y comunicación. Para la realización de este trabajo este departamento cuenta con la colaboración directa de Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco.
En Euskadi, las acciones del proyecto se desarrollan en tres espacios: la Marisma de Urdaibai, las Islas del Bidasoa y el Estuario de Lea; todas ellas pertenecientes a la Red Natura 2000 las cuales están colonizadas por la Baccharis halimifolia, una especie de flora exótica invasora originaria de la costa atlántica de América del Norte.
Los espacios objeto del proyecto se ven amenazados por esta planta, ya que: Es una gran colonizadora. Puede producir hasta 1,5 millones de semillas por planta y se dispersan a gran distancia. Tiene una elevada tasa de crecimiento en sus etapas juveniles y tolera la salinidad, así como las inundaciones y desecaciones temporales.
Es una especie transformadora. Tienen la capacidad de alterar las características físicas del suelo y produce importantes daños en la diversidad biológica, ya que modifica la dinámica natural de los ecosistemas, desplazando las especies autóctonas.
Se establece principalmente en zonas de marisma alta, afectando a hábitats naturales como los juncales salinos, los carrizales, los prados de siega y los bosques aluviales.
La alteración de estos hábitats afecta directamente a un gran número de especies de aves protegidas, como el carricerín cejudo, amenazada a nivel europeo, el carricero tordal, el avetoro común, la espátula o el águila pescadora, ya que provoca la degradación de sus áreas de alimentación, descanso y cría.