
Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi unen esfuerzos para incrementar la seguridad
Los directores generales de los institutos de seguridad y salud laborales de las respectivas CCAA del Cantábrico (Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi) se reunirán mañana en Donostia para avanzar en el desarrollo conjunto de medidas preventivas que permitan la reducción de la siniestralidad en el sector pesquero.
Tras el encuentro celebrado el pasado mes de noviembre en Santiago de Compostela, la reunión de mañana organizada por Osalan servirá, entre otros asuntos, para profundizar en los contenidos de una futura "Guía para la vigilancia de la seguridad y la salud en el sector pesquero".
La elaboración del manual forma parte del paquete de medidas recogidas en el Plan de Osalan para la prevención de riesgos laborales en el sector pesquero de la CAV. Por ello, especialistas en medicina del trabajo, prevencionistas y profesionales del sector pesquero están trabajando en las medidas preventivas que se deberán adoptar en una profesión tan expuesta a los riesgos laborales -medio inestable y móvil- y con una especificidad laboral tan grande (medio físico, buque como lugar de trabajo y de vida, estimación del tiempo, limitación de espacios, etc.).
Igualmente, la duración de las jornadas y su organización es diferente a la mayor parte de las profesiones. Según datos de la Encuesta de población activa (EPA), más de la mitad de las personas ocupadas en tareas relacionadas con la pesca supera las 50 horas semanales de trabajo.
Entre los riesgos relacionados con la seguridad, los más destacados son las posibles caídas al mar al embarcar y desembarcar o en el desarrollo de la actividad, durante las maniobras de largado y virado de la red, o al subir las capturas al barco. También se producen accidentes de mayor o menor consideración como consecuencia de caídas al mismo nivel por la presencia de restos de pescado y líquidos derramados en las diferentes operaciones y maniobras del buque, por presencia de estructuras, objetos o carga estivada en un espacio limitado etc., todo ello con el agravante del balanceo del barco o una iluminación deficiente.
El ruido elevado, las vibraciones, los restos orgánicos del producto y las condiciones ambientales de temperatura y humedad, la realización de operaciones y hábitos en posturas inadecuados y forzadas en un medio no estable en continuo movimiento son, asimismo, riesgos comunes en este tipo de trabajo.
Por último, el sueño y los estados de vigilia alterados, y el hecho de que los buques de pesca sean centros de trabajo y espacios de convivencia sin separación de vida laboral y personal, donde entran en estrecho contacto personas de diversas culturas y aptitudes, son también factores de riesgo psicosocial.
En la reunión que mantendrán los directores de los organismos de seguridad y salud de las cuatro CCAA, igualmente se abordarán aspectos relativos a la formación de los trabajadores del mar en materia de prevención de riesgos (el 77% de los riesgos identificados durante las maniobras de pesca están asociados a la escasa información y formación del personal). Así mismo, los estudios del sector revelan que el 63% de los riesgos están asociados al desarrollo tecnológico, especialmente en los procesos de extracción y manipulación.
La flota pesquera vasca está compuesta por unas 3.000 personas, en su mayoría, dedicadas a labores relacionadas con la pesca de bajura. Alrededor de un tercio del censo está embarcada en buques que se dedican a la pesca de altura.