Los servicios sociales vascos se refuerzan pese al fuerte impacto de la crisis
A diferencia de lo que ha ocurrido en otras comunidades autónomas del Estado español, la crisis económica no ha mermado el volumen de plazas residenciales disponibles en la CAPV para personas mayores, con discapacidad y exclusión social.
Según los datos del V Informe sobre la situación de los servicios sociales en la CAPV, presentado esta mañana en el marco del Pleno del Consejo Vasco de Servicios Sociales celebrado en Gasteiz, las aproximadamente 26.700 plazas residenciales censadas en 2009 no solo se mantenían a finales de 2014, cuando se cerró el estudio elaborado por el Departamento de Empleo y Políticas Sociales, sino que aumentaron.
El estudio presentado hoy por la viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Lide Amilibia, registra un incremento parcial de 400 plazas durante el citado periodo 2009-2014, tanto para las que se destinan a las personas mayores como para las personas con discapacidad, así como la creación de 380 plazas destinadas a las personas con exclusión social. Por el contrario, el informe constata la reducción de 400 plazas destinadas al acogimiento residencial de menores de edad.
En su conjunto, el incremento de plazas residenciales experimentado entre 2009 y 2014 se sitúa en el 0,2% (de 12,0 a 12,2 plazas por cada 1.000 habitantes en 2014), pero si se amplía la horquilla hasta 1994, se constata que el aumento de plazas se ha duplicado, al pasar de 6,1 a ese 12,2 en veinte años.
La estadística destaca el paulatino incremento de la cobertura de los centros de atención diurna destinados a las personas mayores, con 4.100 nuevas plazas; así como las consignadas a la discapacidad (2.800 plazas) y a la exclusión (1.200 plazas), aunque estos incrementos no son lineales en cada territorio histórico. La media se sitúa en 2,91 plazas por millar de habitantes, 1,94 de las cuales corresponden a plazas para personas mayores.
En este ámbito, la situación ventajosa de Euskadi frente al resto de comunidades autónomas del Estado se manifiesta particularmente al abordar el nivel de cobertura de las prestaciones por dependencia y el número de plazas de alojamiento para personas sin hogar. Especialmente en este último caso, el porcentaje de plazas en Euskadi multiplica por cuatro la media del Estado (0,30 por 1,26 plazas por 1.000 habitantes, según la encuesta del INE sobre recursos para personas sin hogar).
Sin contar la RGI, el número de plazas de atención y personas usuarias de los servicios sociales en el periodo estudiado ha pasado de 44.000 a 92.000 personas. El 56% de este incremento se debe a los servicios y prestaciones que se contemplan en el Sistema de autonomía personal y atención a la dependencia (SAAD), como las plazas residenciales, centros de día, prestaciones económicas etcétera.
El aumento de las plazas disponibles en los servicios sociales, a su vez ha comportado el crecimiento de la ocupación y el mantenimiento de la capacidad de empleo del sector. Así, en un contexto marcado por la recesión, entre 2009 y 2014 los servicios sociales han conseguido crear cerca de dos mil empleos. Al cerrar el ciclo del estudio, este sector empleaba a 33.738 personas, mayoritariamente personal propio.
Con 14,8 personas ocupadas en servicios sociales por cada 1.000 habitantes, la CAPV se sitúa a la cabeza del Estado en cuanto al número de profesionales ocupados en el sector, si bien ese porcentaje está aún muy lejos de las cifras que se manejan en otros países de la UE (Dinamarca, 52,6; Suecia, 42,1, u Holanda, 41,9). Euskadi también es puntera en cuanto al gasto en Servicios Sociales, especialmente en lo referente al gasto por habitante. Así se destinan 610,9 euros /habitante, mientras que Madrid destina 276,6 euros/habitante, Cataluña 330,8 euros/habitante, y Cantabria 389 euros/habitante.