
La consejera de Justicia y Derechos Humanos defiende una justicia que “exija responsabilidad y cumplimiento de la ley mientras abre caminos hacia la reintegración en la sociedad”
- María Jesús San José ha presidido en Vitoria-Gasteiz la conmemoración de La Merced, la festividad de las y los funcionarios de los centros penitenciarios
- En este marco se ha entregado el premio ‘Francisco Javier Gómez Elósegui’ a la Comisión Ciudadana Antisida de Álava por su trabajo en los centros penitenciarios desde hace más de tres décadas
La consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha defendido hoy la aplicación de una justicia que, “al mismo tiempo que exige responsabilidad y cumplimento de la ley, abre caminos hacia la reintegración en la sociedad” porque así lo establece la Constitución, “la finalidad de las penas privativas de libertad no es otra que la reinserción social”.
San José ha participado hoy en el acto organizado por el Departamento que dirige con motivo de La Merced, festividad de los y las funcionarias de los centros penitenciarios. Se trata, ha dicho, “de un día de especial significado en el ámbito penitenciario que nos recuerda que los centros no deben ser nunca un espacio de castigo añadido, sino un lugar de transición hacia una nueva oportunidad”.
En un acto celebrado en el pórtico de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz, la consejera de Justicia y Derechos Humanos ha insistido en que “no hablamos de indulgencia sino de justicia, de una justicia que, al mismo tiempo que exige responsabilidad y cumplimiento de la ley, abre caminos hacia la reintegración en la sociedad”. Porque la finalidad de las penas privativas de libertad “no es otra que la reinserción social, y esto nos obliga como administraciones, nos interpela como sociedad y nos compromete como gobierno”.
Ante la dificultad de comprender este mensaje “porque pueda parecer que dar oportunidades a quienes han delinquido es olvidar a las víctimas”, San Jose ha insistido en que “las víctimas son y seguirán siendo siempre nuestra referencia ética”, y cada política pública que diseñamos y cada decisión que adoptamos debe ser explicada con sensibilidad hacia ellas, hacia su dolor y hacia su derecho a la verdad, la memoria y la reparación”.
Al mismo tiempo, ha señalado, “tenemos la responsabilidad de trabajar para que quienes cumplen condena puedan volver a la sociedad con herramientas reales de integración, con acceso a la educación, a la formación laboral, a la salud, a la cultura y al empleo. Esa es la mejor garantía de que no reincidan, y también la mejor contribución que podemos ofrecer en favor de la convivencia”.
Premio ‘Francisco Javier Gómez Elósegui’
En este marco, San José ha hecho entrega del premio ‘Francisco Javier Gómez Elósegui’, galardón que se concede a las personas y colectivos por su compromiso con la defensa de los derechos humanos, reinserción y resocialización en el ámbito penitenciario, y que en esta ocasión ha recaído en la Comisión Ciudadana Antisida de Álava.
La consejera ha querido tener un especial recuerdo con las y los profesionales de los centros penitenciarios , “quienes fueron víctimas de la violencia terrorista por el mero hecho de trabajar en este ámbito, funcionarios y funcionarias que sufrieron acoso, amenaza y asesinato a manos de ETA” como Gómez Elosegui, José Ramón Domínguez, Ángel Mota o Máximo Casado. “Ellos son testimonio de dignidad y de compromiso, y su memoria sigue viva en este Día de la Merced”, ha recordado.
Junto a la memoria, ha querido subrayar “la esperanza que representan las entidades del tercer sector sin las cuales el modelo penitenciario vasco sería inconcebible, asociaciones, colectivos y también voluntariado que, desde la sociedad civil, aportan cercanía, humanidad y apoyo allí donde el sistema por sí solo no llega.”. Entre ellas, al Comisión Ciudadana Antisida de Álava, reconocida porque “desde hace más de tres décadas, trabaja con rigor y con sensibilidad para apoyar a las personas afectadas por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, promoviendo la prevención, la información y la inclusión social”.
“Su compromiso se extiende también al ámbito penitenciario, donde su acompañamiento y sus programas han sido esenciales para garantizar derechos, mejorar la salud y generar conciencia”, ha añadido, “un ejemplo de cómo la solidaridad organizada puede cambiar vidas y ofrecer dignidad donde antes había soledad o estigmatización”. Finalmente, ha pedido la colaboración, experiencia y la mirada humada de asociaciones como Sidalava “para seguir construyendo un modelo penitenciario integral”.












